Hay una pregunta trampa en muchos tests de personalidad:...
..."¿Alguna vez ha pensado usted en suicidarse?".
El 90% de la gente responde que no...
...Y miente.
Porque al parecer, o eso creen los psicólogos, todo el mundo ha pensado alguna vez, al menos una vez, en el suicidio...
...Yo lo he pensado.
Por supuesto.
Y siempre que lo pensaba, pensaba inmediatamente después en mis hijos, en la suerte que tengo de contar con ellos y en que mis hijos no se merecerían crecer sin padre. En la suerte que tengo con mis padres, que no se merecían vivir sus últimos años sin su hijo. En la suerte que tengo de sentir a mis amigos y amigas, que no merecían llorar mi pérdida...
Y entonces dejaba de pensarlo.
...Y cuando alguien tan querido muere joven te das cuenta de lo que vale la vida, lo que vale tu vida; lo importante que es aprovecharla mientras dura y lo absurdo que es pensar que tu vida no vale cuando te sientes mal.
Tu vida vale precisamente porque es efímera, y eso la hace valiosa.
“Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio.”
Si piensas en suicidarte, espera a que el sol se ponga, vete al cementerio mas cercano, pasa allí la noche, y si a la mañana siguiente, sigues queriendo hacerlo... hazlo.
“Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio.”
Si piensas en suicidarte, espera a que el sol se ponga, vete al cementerio mas cercano, pasa allí la noche, y si a la mañana siguiente, sigues queriendo hacerlo... hazlo.
Y desde luego, tu vida vale por la impresión que hayas dejado en los que te quieren o admiran.
El haber sido querido y amado, el haber querido y amado a otros, con sinceridad, con honradez, sin medias tintas, sin peros, amar a las personas que te gustan por como son, no cambiarlos, aceptarlos.
Y eso es lo que dejas tras de tí, y quienes te quisieron y te quieren pueden estar muy orgullosos.
He cambiado algunas palabras y he omitido otras, pero este pensamiento lo he visto en el muro de facebook de Lucía y me ha encantado, así que lo transmito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario