Cada uno de nosotros es energía latente con su particular capacidad de expansión e influencia. Y como toda energía, para que se expanda e influya, precisa del contacto adecuado. Cuando falla la esencia del entendimiento, que es la disposición para transmitir a otros nuestra energía y a la vez recibir la suya, solo queda espacio para el aislamiento, ese moho en el que germina el orgullo sin causa, la tristeza y a veces incluso el odio.
Hay puertas que se nos cierran porque no sabemos abrirlas. Queremos tener la llave maestra olvidando que ésta lo es porque se adapta a los vericuetos únicos de cada cerradura.
Entenderse para construir es la gloriosa capacidad de compartir inteligencia. Pasa por saber razonar, escuchar y, cuando procede, aceptar y asumir, partiendo siempre de una premisa: en la báscula del entendimiento, jamás el peso de la razón estuvo exclusivamente situado en uno de los dos platos.
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Hay puertas que se nos cierran porque no sabemos abrirlas. Queremos tener la llave maestra olvidando que ésta lo es porque se adapta a los vericuetos únicos de cada cerradura.
Entenderse para construir es la gloriosa capacidad de compartir inteligencia. Pasa por saber razonar, escuchar y, cuando procede, aceptar y asumir, partiendo siempre de una premisa: en la báscula del entendimiento, jamás el peso de la razón estuvo exclusivamente situado en uno de los dos platos.
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En estos momentos de crisis...
...uno de los mayores problemas del ser humano, es el no perderse, por haber identificado su esencia, su persona, su identidad, a sus pertenencias, a sus posesiones...
...olvidando la primera ley de la vida: "Soy, lo que soy."
Si me olvido de mi esencia, de quien verdaderamente soy, trasladando mi identidad a mis posesiones, y solo soy lo que tengo y lo que tengo lo pierdo...
...quien soy???
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