"Se dirigió entonces hacia ellos, con la cabeza baja, para hacerles ver que estaba dispuesto a morir. Y entonces vio su reflejo en el agua: el patito feo se había transformado en un soberbio cisne blanco..."
Hans Christian Andersen (1805-1875) - El Patito Feo.
Genet tiene siete años. La seguridad social lo ha entregado en custodia a dos campesinos de la región de Morvan...
"Yo morí siendo un niño. Llevo en mí el vértigo de lo irremediable... El vértigo del antes y el después, de la alegría y la recaída, de una vida que apuesta a una sola carta..."
J. P. Sartre.
La muerte (entendida como la transformación que se produce cuando sufrimos un trauma) jamás es una muerte ordinaria. Abandonamos lo profano cuando nos codeamos con los dioses, y al regresar con los vivos, la historia se transforma en mito.
La salida que nos permite revivir...
...sería entonces un paso, una lenta metamorfosis, un prolongado cambio de identidad???
Cuando uno ha estado muerto y ve que la vida regresa, deja de saber quien es. Es preciso descubrirse y ponerse a prueba para probarse que uno tiene derecho a la vida.
Cuando los niños se apagan porque ya no tienen a nadie a quien querer, cuando un significativo azar les permite encontrar a una persona -basta con una- capaz de hacer que la vida regrese a ellos, no saben ya cómo dejar que su alma se reconforte. Entonces se manifiestan unos comportamientos sorprendentes: corren riesgos exagerados, inventan escenarios para sus travesuras, como si deseasen que la vida les juzgase y lograr de este modo su perdón.
Conseguí superarlo!!!
dicen con asombro las personas que han conocido la resiliencia, cuando, tras una herida, logran aprender a vivir de nuevo. Sin embargo, este paso de la oscuridad a la luz, esta evasión del sótano o este abandono de la tumba, son cuestiones que exigen aprender a vivir de nuevo una vida distinta.
El hecho de abandonar los campos de concentración no significó la libertad. Cuando se aleja la muerte, la vida no regresa. Hay que ir a buscarla, aprender a caminar de nuevo, aprender a respirar, a vivir en sociedad.
Uno de los primeros signos de la recuperación de la dignidad fue el hecho de compartir la comida. Había tan poca en los campos que los supervivientes devoraban a escondidas todo lo que podían encontrar. Cuando los guardianes huyeron, los muertos en vida dieron unos cuantos pasos en el exterior, algunos tuvieron que deslizarse bajo las alambradas porque no se atrevían a salir por la puerta y después, una vez constatada la libertad por haber palpado el exterior, volvieron al campo y compartieron unos cuantos mendrugos para demostrarse a sí mismos que se disponían a recuperar su condición humana.
El hecho de que el patito feo encuentre a una familia de cisnes no lo soluciona todo. La herida ha quedado escrita en su historia personal, grabada en su memoria, como si el patito feo pensase...
..."Hay que golpear dos veces para conseguir un trauma."
La muerte (entendida como la transformación que se produce cuando sufrimos un trauma) jamás es una muerte ordinaria. Abandonamos lo profano cuando nos codeamos con los dioses, y al regresar con los vivos, la historia se transforma en mito.
La salida que nos permite revivir...
...sería entonces un paso, una lenta metamorfosis, un prolongado cambio de identidad???
Cuando uno ha estado muerto y ve que la vida regresa, deja de saber quien es. Es preciso descubrirse y ponerse a prueba para probarse que uno tiene derecho a la vida.
Cuando los niños se apagan porque ya no tienen a nadie a quien querer, cuando un significativo azar les permite encontrar a una persona -basta con una- capaz de hacer que la vida regrese a ellos, no saben ya cómo dejar que su alma se reconforte. Entonces se manifiestan unos comportamientos sorprendentes: corren riesgos exagerados, inventan escenarios para sus travesuras, como si deseasen que la vida les juzgase y lograr de este modo su perdón.
Conseguí superarlo!!!
dicen con asombro las personas que han conocido la resiliencia, cuando, tras una herida, logran aprender a vivir de nuevo. Sin embargo, este paso de la oscuridad a la luz, esta evasión del sótano o este abandono de la tumba, son cuestiones que exigen aprender a vivir de nuevo una vida distinta.
El hecho de abandonar los campos de concentración no significó la libertad. Cuando se aleja la muerte, la vida no regresa. Hay que ir a buscarla, aprender a caminar de nuevo, aprender a respirar, a vivir en sociedad.
Uno de los primeros signos de la recuperación de la dignidad fue el hecho de compartir la comida. Había tan poca en los campos que los supervivientes devoraban a escondidas todo lo que podían encontrar. Cuando los guardianes huyeron, los muertos en vida dieron unos cuantos pasos en el exterior, algunos tuvieron que deslizarse bajo las alambradas porque no se atrevían a salir por la puerta y después, una vez constatada la libertad por haber palpado el exterior, volvieron al campo y compartieron unos cuantos mendrugos para demostrarse a sí mismos que se disponían a recuperar su condición humana.
El hecho de que el patito feo encuentre a una familia de cisnes no lo soluciona todo. La herida ha quedado escrita en su historia personal, grabada en su memoria, como si el patito feo pensase...
..."Hay que golpear dos veces para conseguir un trauma."
El primer golpe, el primero que se encaja en la vida real, provoca el dolor de la herida o el desgarro de la carencia. Y el segundo, sufrido esta vez en la representación de lo real, da paso al sufrimiento de haberse visto humillado, abandonado.
"Y ahora, qué voy a hacer con esto???
Lamentarme cada día, tratar de vengarme o aprender a vivir otra vida, la vida de los cisnes???"
Para curar el primer golpe, es preciso que mi cuerpo y mi memoria consigan realizar un lento trabajo de cicatrización. Y para atenuar el sufrimiento que produce el segundo golpe, hay que cambiar la idea que uno se hace de lo que ha ocurrido, es necesario que logre reformar la representación de mi desgracia y su puesta en escena ante los ojos de los demás.
El relato de mi angustia llegará al corazón de los demás, el retablo que refleja mi tempestad les herirá, y la fiebre de mi compromiso social les obligará a descubrir otro modo de ser humano.
"A la cicatrización de la herida real se añadirá la metamorfosis de la representación de la herida."
Pero lo que va a costarle mucho tiempo comprender al patito feo es el hecho de que la cicatriz nunca sea segura. Es una brecha en el desarrollo de su personalidad, un punto débil que siempre puede reabrirse con los golpes que la fortuna decida propinar. Esta grieta obliga al patito feo a trabajar incesantemente en su interminable metamorfosis. Sólo entonces podrá llevar una existencia de cisne, bella y sin embargo frágil, pues jamás podrá olvidar su pasado de patito feo. No obstante, una vez convertido en cisne, podrá pensar en ese pasado de un modo que le resulte soportable.
Esto significa que la resiliencia, el hecho de superar el trauma y volverse bello pese a todo, no tiene nada que ver con la invulnerabilidad ni con el éxito social.
"Y ahora, qué voy a hacer con esto???
Lamentarme cada día, tratar de vengarme o aprender a vivir otra vida, la vida de los cisnes???"
Para curar el primer golpe, es preciso que mi cuerpo y mi memoria consigan realizar un lento trabajo de cicatrización. Y para atenuar el sufrimiento que produce el segundo golpe, hay que cambiar la idea que uno se hace de lo que ha ocurrido, es necesario que logre reformar la representación de mi desgracia y su puesta en escena ante los ojos de los demás.
El relato de mi angustia llegará al corazón de los demás, el retablo que refleja mi tempestad les herirá, y la fiebre de mi compromiso social les obligará a descubrir otro modo de ser humano.
"A la cicatrización de la herida real se añadirá la metamorfosis de la representación de la herida."
Pero lo que va a costarle mucho tiempo comprender al patito feo es el hecho de que la cicatriz nunca sea segura. Es una brecha en el desarrollo de su personalidad, un punto débil que siempre puede reabrirse con los golpes que la fortuna decida propinar. Esta grieta obliga al patito feo a trabajar incesantemente en su interminable metamorfosis. Sólo entonces podrá llevar una existencia de cisne, bella y sin embargo frágil, pues jamás podrá olvidar su pasado de patito feo. No obstante, una vez convertido en cisne, podrá pensar en ese pasado de un modo que le resulte soportable.
Esto significa que la resiliencia, el hecho de superar el trauma y volverse bello pese a todo, no tiene nada que ver con la invulnerabilidad ni con el éxito social.
Los patitos feos... Boris Cyrulnik.
La Resiliencia: una infancia infeliz no determina la vida.
Resiliencia infantil: qué es y por qué es tan importante
ResponderEliminarLa resiliencia infantil es la capacidad que se desarrolla durante la infancia de adaptarse y salir fortalecido de la adversidad
Se trata de un aprendizaje que comienza en la infancia y se desarrolla luego durante toda la vida
La resiliencia primaria es la que proporcionan los primeros cuidadores, en general los padres, a través del apego con el niño, mientras que la secundaria se da más tarde a través de otras personas y las propias experiencias...
http://www.eldiario.es/consumoclaro/madres_y_padres/Resiliencia-infantil-importante_0_700630839.html