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miércoles, 17 de abril de 2013

Los reyes magos...

Para los que tenéis niñ@s llegará el día, como a mí me ha llegado hace no mucho, en que en una noche lluviosa, acostados en la cama, mi hija con 8 años me pregunta...

"papá, existen de verdad los reyes magos???"
y yo respondo...
"bueno, vamos a ver ali, los reyes son..."
y ella me replica...
"no papá, no me empieces con tus historias, que ya se que las cuentas muy bien, yo quiero saber la verdad"
y yo con toda mi ignorancia, no era capaz de encontrar "la verdad", porque ni yo mismo sé realmente si existe "la verdad", y entonces recordé este cuento que había leído hace muchos años...


- Cuenta la leyenda que cuando muy poca gente habitaba sobre la tierra...
...y aún, neandertales y los primeros hombres y mujeres convivían, tres Reyes muy ancianos se encargaban de repartir regalos a los pocos niños que había en el mundo. 

Les llevaban regalos porque de aquella no había ni fábricas ni tiendas que vendieran juguetes, y los Niños se ponían tan contentos y parecían tan felices que el más anciano de los Reyes, que creo se llamaba Melchor, dijo:
- ¡Es maravilloso ver tan felices a los niños! 
Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo siempre y ver lo felices que serían, pero ya somos ancianos y cada vez nos es más difícil porque hay más niños...

- ¡Oh, sí! -exclamó el otro rey, del cual dice la leyenda que se llamaba Gaspar-. 
Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos niños como hay en el mundo, cada vez hay muchos más.

Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y entonces un Niño que los estaba escuchando, del cual decían en su tribu que era especial, porque tenía las mejores y mas creativas ideas de todos los que allí vivían, que nunca tenía miedo a equivocarse, y desde su pobre cama parecía escucharles muy atento, sonrió y les dijo:
- Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. 
Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, pequeñajo! -dijeron los tres Reyes mirándolo sorprendidos al verlo tan pequeño y tan decidido.

Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos...
...pero, no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.

- No os preocupéis por eso -dijo el Niño-. 
Yo os voy a dar, no uno, sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó el Niño.
- Sí, claro, eso es fundamental, asintieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje, respondieron cada vez más entusiasmados los tres.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?

Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que aquel Niño tan creativo, que nunca le importaba equivocarse porque siempre aprendía, estaba planeando, cuando su voz de nuevo se volvió a oír...

- Puesto que así lo hemos pensado y para que en nombre de vosotros, los Tres Reyes todos los niños del mundo reciban algunos regalos, ahora lo que debéis hacer es ir contándolo a todas las tribus y que estas a su vez se lo cuenten a otras y así hasta que todos en el mundo sepan que en Navidad...
...todos los padres tienen que convertirse en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. 
Y lo que también tenemos que hacer, es que mientras los niños sean pequeños, la entrega de los regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos...
 ...y cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños recibirán regalos de sus padres y cuando ya sean mayores para comprender esta historia, ellos mismos seguirán la tradición, y se la contarán a los más pequeños....

Mi hija, Alicia, se quedó callada, le pregunté si le había gustado la historia, y ella me contestó...
"ahora ya comprendo, gracias papi"
y acto seguido...
...ambos nos quedamos dormidos.


1 comentario:

  1. para contarle a los nenes chiquitos.
    - Cuando el Niño Dios nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:

    - ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.

    - ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.



    Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:

    - Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.



    Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:

    - Sois muy buenos, queridos Reyes, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?

    - ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas. Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero. no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.

    - No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.

    - ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes con cara de sorpresa y admiración.

    - Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.

    - Sí, claro, eso es fundamental, asistieron los tres Reyes.

    - Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?

    - Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje, respondieron cada vez más entusiasmados los tres.

    - Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?

    Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:

    - Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

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