Hay silencios que se convierten en gritos,
hay gritos que acaban en silencios,
a veces recuerdo silencios después de los gritos,
otras sólo gritos, gritos, gritos...
La oscuridad no me consuela,
porque los silencios se escuchan,
y los gritos me ahogan.
Necesito recordar tus ojos cuando me besas,
necesito recordar tus sonrisas cuando me miras,
esas caricias que suavizan mi alma,
para olvidar los gritos que resuenan dentro de mi.
A veces con un sólo beso,
con una casi imperceptible caricia,
o con un fuerte abrazo,
traes la felicidad a mis silencios.
No quiero que te vayas antes de llegar,
quiero que queramos lo que queremos,
sonrisas, palabras, sentimientos...
nunca gritos........ ni silencios.
...
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.
Konstantínos Kaváfis.
ÍTACA.
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