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viernes, 5 de octubre de 2012

La moral es cuando uno vive de forma tan aburrida que ya no tiene ninguna gracia vivir de ese modo.

Los grandes sentimientos de felicidad son "islas de bienaventuranza" en el océano de nuestra vida.
Y no ofrecen una receta universal para una vida lograda...

La felicidad duradera sólo se puede alcanzar cuando las expectativas son realistas, porque dependen en gran medida de la relación de uno consigo mismo; y solo así, se puede explicar que algunas personas que se encuentran en circunstancias vitales difíciles puedan se mas felices que otras personas en situaciones mas privilegiadas.

"No nos gusta hablar de nuestras experiencias. - comentaba Viktor Frankl, superviviente de Auschwitz - Los que estuvieron dentro no necesitan de estas explicaciones y los demás no entenderían ni cómo nos sentimos entonces ni cómo nos sentimos ahora."

Como decía antes Marcuse...
... "coincidir con uno mismo", significa estar en armonía con las propias expectativas, y eso incluye, por supuesto, mis expectativas de los demás...
o sea...
...como diría Niklas Luhman, "Las expectativas de las expectativas".

Hay que recordar, en relación a las expectativas, que no se trata de liberarnos de ellas, sino de adaptarlas a nuestra medida; que no sean demasiado modestas, pues aquel que espera poco, por lo general tampoco le suceden grandes cosas.

Aunque para algunos filósofos, por ejemplo, para Kant, la única felicidad estriba en cumplir con su deber moral, y hacía todos los días lo mismo a las mismas horas, intentando poner la moral, por encima de cualquier otra cosa.

"La moral - decía Edith Piaf - es cuando uno vive de forma tan aburrida que ya no tiene ninguna gracia vivir de ese modo."
La felicidad y la satisfacción no son idénticas.

Deberíamos guardarnos de sustituir la aspiración al placer por la estrategia de evitar el dolor. La preferencia de la evitación del dolor frente a la búsqueda de placer, es injustificable.

Según Martin Seligman, padre de la Psicología Positiva, la auténtica felicidad, consiste en la vida agradable, o sea, en el disfrute de la buena vida, en el compromiso y el cumplimiento de los deseos personales, como también en la vida plena de sentido, es decir, en la consecución de ciertas cosas de una lista de objetivos por los que merece la pena esforzarse.

FiNaLLy... THe eND...

Extracto del libro... "¿Quién soy y ... cuántos? : un viaje filosófico" / Richard David Precht ; traducción de Marc Jiménez Buzzi

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